Me quedo con la madurez.
Ha sido un año de muchos cambios sociales, laborales, físicos y psíquicos. En las primeras horas de este 2011 mi madre auguraba que sería mi año, en cuanto a triunfos laborales, económicos y sentimentales. La verdad es que aunque muchas veces no le de importancia a sus comentarios o concejos no suele equivocarse, no se si es el instinto maternal o qué pero ella siempre acierta.
Un reciente amigo que me ha leído, me preguntó de donde sale mi inspiración para escribir, realmente no supe contestarle, nunca me había planteado dicha pregunta. Le estuve dando muchas vueltas y llegué a la conclusión de que; es una necesidad de mi yo, ese yo que se aísla, ausenta o simplemente se escapa de reuniones, lugares y conversaciones, para así poder salir y ser libre.
Con tanto cambio e inestabilidad uno echa de menos a aquellos que te llevan acompañando en varias etapas de tu vida, esa amigas que con la que quedabas un miércoles a charlar, a compartir tus deseos, preocupaciones; esas amigas con las que puedes soñar, amar, reír, llorar; esas que te dicen cruelmente duras verdades que con el tiempo descubres que tenían toda la razón; esas que cuando estrenas unos zapatos lo notan y te elogian haciéndote sentir feliz. O las de los sábados, no las olvidemos; ellas: las deportistas que de bebida isotónica tienen la cerveza, y con las que un vermut dura hasta las dos le la mañana. Y bueno que decir de la bella y orgullosa ama de casa, siempre ahí al otro lado de la pantalla diciendo: (-te equivocas pero, yo te apoyo!). Ese amigo del que habrías deseado enamorarte, porque lo crees casi perfecto y que de vez en vez te da un abrazo y se abre a ti compartiendo sus mas escondidos sentimientos.
Pero caminando vas encontrando personas, individuos que con su mirada son capaces de hablar, de llegar a ti, de colarse por un agujerito y llegar hasta tu corazón; sin pedir nada a cambio y que hacen que tu vida sea mas dulce regalandote cupkakes.
A parte de amigos a veces encuentras familia, si amigos familia! Y te acogen en sus brazos, te alimentan, te emocionan y te hacen ser mejor persona; mis imposibles de olvidar porque siempre quedarán las largas tertulias y los cigarrillos compartidos.
Luego llegan los redescubrimentos, ese amigo del pasado que vuelve a tu vida como un ángel para tenderte la mano y ayudarte a levantar, ese que te sorprende y al que crees que ojalá la vida te diera la oportunidad de ayudar en muestra de agradecimiento.
Imposible no mencionar a quien por piropo te dice que tienes contenido y seguramente sin saberlo te hace sentir algo mas especial de lo que te sentías ayer.
Gracias, es lo que puedo decir. Por merecer a estas personas en mi vida, porque el saber que hay gente así en tu vida te hace conocerte, valorarte y quererte mas.
Viendo que a mes de diciembre, no tengo un trabajo estable, ni una cartera abundante y menos una pareja de baile; podría pensar que mi madre se equivocaba ese primero de enero, pero no. Como dije antes suele fallar poco, este año me ha demostrado que las personas no tienen precio, que las cosas mas buenas (menos los dulces) son gratis y que no hay nada como saber que ellos: la familia, los amigos y los pasteleros están ahí. Por eso este año lejana de muchos voy a pensar en todos y les voy a desear que puedan tener a alguien como ellos mismos en sus vidas.
Con mucho cariño Altairis.
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