martes, 20 de septiembre de 2011

¨No hay esperanza para una idea que al comienzo no parezca absurda¨. Einstein

No son acaso descabelladas la mayoría de las ideas que nos vienen a la cabeza diariamente, porque no creo que nadie se libre de su yo súper creativo e impulsivo, ese que a veces le invita a lanzarse en acantilados donde no esta muy claro que profundidad alcanza. Son temidas por mi las ocasiones que me llevan a desear cambiarlo todo en un minuto, de salir volando dejando todo aquello que creías tener y manteniendo lo que de verdad tenías ya que esto nunca se escapa amigos.
Hay instantes que caminando hemos cruzado miradas con personas que en ese segundo se convirtieron en tu tesoro mas preciado y sin embargo, no hemos sido capaces de decirles algo, de pararnos y preguntar su nombre; no concidero que el ser humano sea un animal cobarde, pero quizás si demasiado metódico.
Hace algunos días asistí a la inauguración de una exposición de pintura estilo Vanguardista, una de esas que cuando ves los cuadros por muchas veces que los mires no eres capaz de interpretar a donde quiere llevarte el artista, no creo que sea por estar mal expresado, a veces simplemente no estamos lo suficientemente receptivos para captarlo. En ella, el artista utilizó como lienzo, aluminio y de brocha un rotulador; cando conseguí preguntarle que había detrás de esto me empezó a decir algo muy cierto; cada día las personas buscamos mas acercarnos a lo perfecto una casa, un coche, una pareja, familia, etc. y nos olvidamos de que esos muebles chulos no hacen un hogar, que por ir en un súper car no vamos a viajar mas a gusto, de que la/el chica/o guapa, inteligente, divertida y establemente económica no nos va a hecer mas feliz y que nuestros posibles futuros hijos aunque tengan mas de lo que nos dieron a nosotros no van a ser mas alegres, buenos o cariñosos.
Es fácil escribirlo o pensarlo lo difícil es hacerlo. Pero si mañana saliéramos a la calle tan seguros de que no somos guapos pero si simpáticos, de que tenemos muchos defectos pero los conocemos, de que nuestro tiempo vale vida y no podemos que regalarlo a quien no lo sepa apreciar; y creerme amigos nos irá mucho mejor, valoraremos mas a los que tengan estos pequeños detalles, saludaremos a ese desconocido que nos ha impactado y quizás hasta nos haga reír.
Mientras tanto yo seguiré siendo una chica con ideas impulsivas de un segundo, que quizás trazen el camino a la felicidad y sino al menos me divertirán las rotondas, los desvíos, las paradas del tram...

2 comentarios:

  1. Sigue escribiendo que hoy, yo te leo.. mañana quien sabe quien.?

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  2. Muchas gracias Luis, escribir me genera dudas, que si no lo hiciera no llegarían a mi.

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