A dos días de incorporarme "por fin" a la vida laboral de Alicante, he de confesar que los nervios de principiante en el sector inmobiliario aumentan con el paso de las horas. Esta mañana, ó mejor dicho madrugada abrí los ojos a las 5:58 am, no es la primera vez que me despierto a estas horas pero si la que decido salir de la cama, y de forma voluntaria empezar el día.
Hoy he trabajado por y para mi, que cosa tan placentera es hacer lo que te apetece y de la forma que quieres; porque cuando estamos solos, sin trabajo o responsabilidad alguna y aprendemos a sacarle partido a nuestro largo tiempo de ocio, todo lo que hacemos se ve reflejado en nuestro mañana.
He visto amanecer con la con dolor en las piernas y sequedad en la voca de correr, pero estando frente al mar me he descalzado y he sentido el agua fría que devolvía firmeza a mis pies, he intentado captar justo el momento en que salia la primera silueta dorada del sol, algo que resultó imposible; el placer que produce a la vista es infinito, esa sensación es la que me habría gustado transmitir y realmente no puedo hacerlo mediante una foto.
Hay un dicho que mi madre siempre me recuerda, (" A el que madruga Dios le ayuda.") doy toda la credulidad, me lo autoconfirmo cada vez mas y creo que como ella algún día lo transmitiré de igual manera a mis hijos. Esto no significa que todos los días que madrugues vayan a ser perfectos, pero si sales al mundo pronto serás un afortunado mas, de estar vivo, de poder respirar, de poder sentir; salga el sol o esté nublado.
Es lindo poder vivir, hay quien dice que el sufrir es importante y encuentra sus momentos de gloria cuando experimenta este sentimiento; por momentos lo dudé pero, hay tanta razón en ello. Todos salimos siempre adelante, no hay retrasados, ni retardados en la escuela de la vida, simplemente caminos diferentes y zapatillas que duran más ó menos.
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